Por Humberto Mendieta
Para conjurar los maleficios de la desigualdad, la injusticia y la violencia que sufren los pueblos latinoamericanos hay que exorcizarlos mediante la educación pertinente, de calidad y con cobertura, pero no la cobertura para marcar indicadores con grandes escuelas públicas en sector pobres y de miseria, en las que los maestros no logran identificar al estudiante y mucho menos entrar en su alma.
Muchos educadores logran inclusive cambiar el rumbo de sus estudiantes y hay casos célebres llevados al cine, como el del recién fallecido profesor Jaime Escalante, un educador boliviano que llegó a Estados Unidos en calidad de inmigrante y terminó siendo forjador de líderes en la preparatoria Garfield, al Este de Los Ángeles.
En Colombia las brechas en la calidad de la educación son tan profundas que hay que diferenciarlas por zonas, como el interior y el Caribe; por estratos, como ricos y pobres y por sectores, como urbanos y rurales. Es a través de esas profundas diferencias como se perpetúa la desigualdad social y por supuesto el desempleo que significa pobreza.
Sólo que hay un punto aquí en el que vale la pena detenernos para analizar educación y elecciones y mirar el momento histórico colombiano, partiendo de la base de que así como los educadores pueden ser apóstoles de la entrega y el compromiso al enseñar, se tornan también en figuras autoritarias acostumbradas a la posición dominante sobre sus discípulos. De igual manera la cápsula de cristal en donde se desempeña el educador es un mundo diferente al de un país lleno de conflictos que exige reacción inmediata. Esa es básicamente una preocupación que encierra la candidatura de Mokus, exitoso en la Nacional , una universidad con todo el andamiaje, y cumplidor en muchas de sus metas como Alcalde de Bogotá, con un presupuesto que a la fecha equivalía a $14.1 billones.
Pero el país no es
Pero Colombia no es exclusivamente Bogotá, al contrario, es otro mundo y preocupa y mucho que Mokus venga a hacer su año rural al gobierno, como ocurrió con el manejo de presupuesto del Distrito Capital, donde tuvo prensa a favor por la innovadora campaña de cultura ciudadana. No vaya a ser que se cumpla en él con rigor El Principio de Peter, que establece como axioma, bien probada por cierto, que los empleados son ascendidos hasta llegar a su máximo nivel de incompetencia.
Mendieta-Torres, Humberto. (2010) EL PRINCIPIO DE MOCKUS. Artículo de Opinión Publicado el 07 de mayo de 2010 en el Diario El Heraldo. Barranquilla. Colombia. humberme@yahoo.com
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