Por Humberto Mendieta
¿Cómo estaríamos ahora los barranquilleros si Samuel Viñas hubiera huido tomando un avión a Panamá o un taxi expreso a Maracaibo luego de la libertad del primero de enero? No podríamos con el guayabo moral del año viejo ni con el dolor solidario que estamos sintiendo por una familia a la que 2010 recibió con un abrazo de horror.
Ni que hablar de la impotencia de esas víctimas y de la vergüenza nacional. Todo gracias al Nuevo Sistema Penal Acusatorio, que no es funcional sino disfuncional y está hecho para finlandeses y no para colombianos. Con evidentes y frágiles tecnicismos legales por fuera de nuestro contexto tropical. Creado para frías y blanquísimas sociedades flemáticas donde el sentido de la responsabilidad es tan alto que los homicidas asumen con disciplina escandinava las flexibles decisiones judiciales de casa por cárcel o libertades momentáneas mientras el proceso sigue.
Ese es un país de policía blanda y justicia suave, con el sistema penal más garantista de Europa, el que menos encarcela. Es una nación de ciudadanos con profunda credibilidad en el Estado y alto grado de confianza en las instituciones cívicas. Poco crimen, mucho honesto, gran bienestar y justicia gratuita. Las prisiones parecen escuelas y la gente responde por los delitos con vergüenza y no con cinismo. Aplican la resocialización del individuo a partir del castigo para formar valores y no como retribución a la sociedad por el delito cometido. ¿En que nos parecemos?
En cambio el diseño de este Sistema nuestro no es para curtidos latinos proclives al dinero fácil, inyectados con malicia indígena, herederos del narcotráfico y todavía con la trampa de
El caos es tal que produce acuerdo entre contradictores. Nada más en este proceso los reconocidos abogados que representan una y otra parte coinciden en que las reglas del juego son inadecuadas y de dudosa interpretación. El sistema no es funcional sino disfuncional porque su diseño está desajustado con una política que pretende garantizar justicia a la nueva sociedad. Que
Es preciso, y ya, una pronta y efectiva capacitación a patrulleros y técnicos que dejan por acción u omisión cabos sueltos que sirven de ventanas de escape a los abogados, sean jueces, fiscales o litigantes. Este es un secreto a voces en los corredores judiciales. Una oportunidad que aprovechan algunos penalistas para justificar sus honorarios y los funcionarios para curarse en salud, frasecita ésta que no debe caber en la mente de quien tiene que cumplir con responsabilidad y dignidad su cargo de administrador de justicia en Finlandia, Suramérica, colindando con Venezuela.
Mendieta-Torres, Humberto. (2010) LEYES PARA FINLANDESES. Artículo de Opinión Publicado el 08 de enero de 2010 en el Diario El Heraldo. Barranquilla. Colombia. humberme@yahoo.com
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