martes, 27 de julio de 2010

HISTORIA DEL CONGO GRANDE DE BARRANQUILLA 1875 – 2010: 135 AÑOS


Por Humberto Mendieta
Foto: Cortesía de Emprendedores Turísticos

Eran los días finales de noviembre de 1874 y un grupo de personas, de profesión artesanos y trabajos varios, se reunieron en la casa de un amigo, que era el líder del grupo, situada en el Callejón de Providencia (actual carrera 25) con la Calle España (actual calle 34) Su nombre Joaquín Brachi, Barranquillero, de ascendencia Italiana, líder innato, amante de todo aquello que representaba la tradición y principalmente el folclor.

En la conversación surgió el tema de las fiestas, y Don Joaquín concibe la idea de formar un grupo para participar activamente en el jolgorio.

Él era artesano de oficio y lector de todo libro que llegaba a sus manos, comenzó a fusionar ideas y recorrer los ancestros de los que conformaban la comunidad. Además a recordar las historias de lo que fue la época de los Virreyes, de la colonia, los uniformes de los ejércitos españoles y criollos. Todos reunidos fueron trazando pautas para lo que sería la agrupación danzante.

En ese mismo día, imitando con alegría las costumbres y vestidos de su patria, abrazando grandes escudos de madera, forrados en papel de colores vivos, llevando delantales de cueros de tigre, en la cabeza una especie de rodetes o turbantes guarnecido de plumas, al son de tambores, panderetas y golpeando platillos, llegaban al pie del Cerro de la Popa. Las Reinas de cada Cabildo marchaban enjoyadas, mientras que sus princesas y las Damas de su corte se llenaban la cabeza con guirnaldas y ramos de flores, tanto por alivio para el sol… como por adornos.

De pronto surgió la idea de ceñirse a uno de esos grupos étnicos que se ubicaban en cabildos como homenaje a su origen y fue el del Congo el escogido. Se comenzó entonces la investigación y apareció su esencia de ser una raza guerrera, con vestuarios imponentes conformados por la descripción narrada anteriormente. Quedaron emocionados y comenzaron la formación de lo que sería la Danza Congo Grande de acuerdo a la historia debería ceñirse a la tradición. La raza negra eran los habitantes de esa región por lo tanto los hombres se llamarían Negros y las mujeres Negras. La música que los acompañaría estaría conformada, tomando su tradición por un tambor, una guacharaca y un cantante que improvisaría versos alusivos a sucesos, los cuales respondían el coro y con palmas los amigos de la danza que la acompañaban, palmoteando durante la trayectoria

Los vestidos de los Negros eran pantalón tradicional con parches a la altura de la rodilla en forma de copa o cuadros, con encajes y adornos de seda. La camisa manga larga, pechera o peto decorado con figuras al igual que una capa negra, bordados con encaje alrededor, turbante o gorro alto forrado con tela o papel brillante, adornado con flores artificiales. Desde el Turbante, en la parte de su base atrás se desprende una penca larga que casi llega a los talones, adornada con cintas, lazos y encajes de colores y algunos pedazos de espejos.

Las Negras (mujeres) vestían faldas con tres volantes de colores y encajes, blusa escotada con dos o tres volantes y sin mangas, portan flores en la cabeza y accesorios como collares y aretes.

También se introdujeron disfraces de animales en el Congo Grande con máscaras de toro, perro, tigres, mono, burro, chivo y gorila.

Seis años después Joaquín Brachi delega en Miguel Efro la dirección y en 1921 la Directiva conformada por Miguel Efro, Luís Macias y Dionisio Muñoz decide entregar la Dirección a los también Directivos Néstor y Edwin Linero.

En 1925, bajo el reinado de Sarita Roncallo Vilar, asume la Dirección un hombre de gran carisma que le dará el mayor empuje a la Danza y la colocará en el pedestal de Honor que merece: Dionisio Muñoz Guerrero.

A partir de 1943, se presentaron problemas con los hombres que se disfrazaban de mujeres. La ley lo prohibió y aunque se consiguieron permisos, estos fueron atacados por los encargados de garantizar el orden, por estereotipo dejaron de salir y solamente asistían a los ensayos.

En 1985 la salud de Dionisio Muñoz se empieza a deteriorar y designa a Ventura Cabrera De La Rans, como Director y Propietario de la Danza Congo Grande de Barranquilla con potestad para delegar y ceder sus designaciones, teniendo en cuenta su trayectoria con ejecutorías positivas, atributos cívicos y morales de profundo respeto por la tradición de la Danza.

En 2003 Ventura Cabrera De La Rans se retira de la Dirección por problemas de salud y lega su herencia a su hija Gloria Cabrera De La Rans y a su yerno Adolfo Maury Molina. Estos nombran como Director al Señor Alvaro Altamar.

La Junta Directiva de la Danza se reúne en 2009 y nombra como director al nieto de Ventura Cabrera, a Adolfo Maury Cabrera, joven vigoroso con deseos de trabajar por la Danza.

Como Director y propietario de la Danza Congo Grande de Barranquilla con potestad para escoger dignatario nombra como Presidente al Señor Oscar José Fernández González, y a un comité asesor conformado por José Luis Avendaño, Humberto Mendieta Torres, Olga Senior de Ocampo, Roberto Manzur Villegas, Zuleima Slebi, Rafael Enrique Molina Barrios – Jaime Castro Alvarez – Mario Tarud Jaar, Fernando Roca Donado, Erika Paulsen, Jairo Arturo Mendoza Pérez, Hortensia Sánchez Patiño, Diana Visbal Manjarrés, Jorge Radi Sagbini y Beatriz Manjarrés.

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Mendieta-Torres, Humberto. (2010) DANZAS DEL CONGO GRANDE DE BARRANQUILLA: 135 AÑOS DE HISTÓRIA. (1875–2010). Artículo Publicado el 02 de mayo de 2010 en el Blog Emprendedores Turísticos. Maracaibo. Venezuela. Disponible en: http://emprendedoresturisticos.blogspot.com/2010/05/danzas-del-congo-grande-de-barranquilla.html

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